El "sueño" de tener un ratón óptico e inalámbrico no tardó mucho más tiempo en llegar. Logitech fue una de las primeras en ofrecer uno, el Mouseman Cordless Optical. Era un excelente ratón para la época, pero seguía acusando los defectos de la conexión inalámbrica, a lo que había que añadir que para ahorrar batería el led y la cámara usadas por la tecnología óptica se iban apagando progresivamente, lo cual resultaba en falta de respuesta si dejabas el ratón sin mover durante un rato.

Hace poco más de un año los primeros ratones láser llegaron al mercado, siendo el MX1000 el primero de ellos y el más destacado. Aun siendo un ratón muy preciso gracias al láser, seguía sin ser un ratón de "jugones" y era mejor usar un MX518 de 1600 dpi con cable para jugar a Doom 3, Far Cry o Half Life 2.
Ahora la tecnología laser evolucionada hasta una resolución de 2000 dpi (puntos por pulgada) se nos ofrece en tres ratones para jugadores empedernidos: el Razer Copperhead y los Logitech G5 y G7. Los dos primeros vienen con cable y el último, el G7, sin él. El G5 y el G7 son casi idénticos, salvo por el cable y el color. Se puede decir que son los ratones definitivos para jugar, pero ¿ha solventado el G7 los problemas que han aquejado a los ratones inalámbricos y lo hacían poco práctico para jugar?. En seguida lo veremos.
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